Ay, el amor. Esa pinche droga a la que soy el peor de los adictos. Esa madre que me hace sentir mariposas en el estomago. Esa madre que puede alegrarme el día y también destruírmelo.
Cuando algo no sale como yo espero, simplemente me gusta seguir adelante, pero, a veces, me toma un poco de tiempo seguir por el camino. Tengo que frenarme a revisar todo por que hubieron cosas que estuvieron extrañas. Por lo general en el amor fallido soy mas un "A bueno, chinga tu madre y adiós" y avanzo. Pero hoy. Hoy no pude avanzar. Frené. Que pena haber frenado por alguien que no lo valió.
Que pena que el pendejo tuve que ser yo
Que pena que al único que le dolió fue a mi
Que pena que no tuviste los huevos de comunicar todo lo que te molestaba
Que pena tener que inventar cosas en mi cabeza para justificar esos huecos oscuros que dejaste por simplemente desaparecer.
Que pena pensarte como mi novio
Que pena que nunca me entendiste
Que pena que tuviste que desaparecer para deshacerte de mi
Que pena que nunca respondías mis llamadas
Que pena que nunca fue mutuo
Que pena tener que responder "No sé" cuando me preguntaban que onda contigo
Que pena que haya tenido que arrastrarme por ti
Que pena por la gente que tuvo que verme mal por tu culpa
Que pena que creí entenderte y que nunca fue así
Que pena siempre haber estado seguro de ti
Que pena que tu siempre podías contactarme y yo nunca pude hacerlo
Que pena haber caído por ti
Que pena nunca haberte rechazado
Que pena por lo inseguro que me hacías sentir
Que pena siempre haberte deseado
Que pena que lo que sentías por mi, nunca fue suficiente para que avanzaras
Que pena serte tan estúpidamente devoto
Que pena que espere tanto tiempo por ti, cuando ya no sentías nada.
Y que pena tener que escribir esto y desahogarme por que lo nuestro nunca tuvo un cierre.
Hasta aquí llegaste y me duele.
Te deseo lo mejor y espero con todo mi corazón y todas mi buenas vibras, no tener que volverte a ver nunca mas.
Adios.